En los siguientes capítulos, Lizzy sigue reflexionando muy sabiamente sobre su familia, sobre las relaciones y sobre la felicidad: la suya consistirá en visitar los lagos con sus tíos Gardiner. Pero a finales de Julio los tios cambian de planes y deciden ir a Derbyshire, de donde era originaria la tía Gardiner. Visitarán Pemberley (por cierto, Jane Austen menciona Chatsworth, por lo que es muy probable que se inspirara en esa casa para ambientar el hogar de Mr. Darcy)
Darcy está mas que encantador. En la serie de la BBC 95, este sería el momento en el que aparecería Firth con la camisa mojada. Ni rastro de ello en el libro, pero tampoco hace falta. Si os volvéis a leer estos dos capítulos, la galantería, caballerosidad, elegancia y ternura de Darcy harán que os fundáis literalmente con la ayuda de estos calores de Julio, real, y también de la novela. Si Darcy ya habia empezado a desvelarse durante el periodo de Rosings como alguien distinto al engreído que apareció en Netherfield, aquí ya aparece, en su entorno, como un hombre valorado, amado, satisfecho, generoso, amable y capaz de aprender, corregir y mejorar exponencialmente. ¡Para comérselo!
Capítulo 42
(Lizzy sobre su familia) Si la opinión de Elizabeth hubiera procedido de lo aprendido en su propia familia, no habría podido haberse formado una opinión demasiado agradable sobre la felicidad conyugal o la comodidad doméstica.
(Lizzy sobre la elección de su padre) Su padre, cautivado por la juventud y la belleza, así como por la apariencia de buen humor que éstas suelen otorgar, se había casado con una mujer cuya escasa inteligencia y una mente estrecha de miras habían hecho desvanecer prácticamente al inicio de su matrimonio todo rastro de afecto verdadero hacia ella.
(Lizzy sobre los afectos verdaderos) Respeto, cariño y confianza.
(Sr. Bennet sobre su esposa) su ignorancia y estupidez habían contribuído ampliamente a su entretenimiento.
(Reflexión de Lizzy) No se trata del tipo de felicidad que, por lo general, un caballero desearía agradecerle a su mujer.
(Lizzy sobre la lección positiva) pero cuando escasean otras facultades para poder entretenerse, el auténtico filósofo obtendrá beneficio de las circunstancias, cualesquiera que éstas sean.
(Lizzy sobre su padre) Sin embargo, Elizabeth nunca había estado ciega a la falta de corrección en la conducta de su padre como marido.
(Lizzy) se esforzaba en olvidar lo que no podía obviar.
(Lizzy sobre su padre)… exponer a su mujer al menosprecio de sus propios hijos era muy censurable.
(Lizzy) nunca había tenido tan claro como ahora cuáles eran las desventajas que les esperaban a los hijos de un matrimonio tan inadecuado, ni había sido tan consciente de los inconvenientes causados por una dirección tan errada de sus aptitudes.
(Lizzy sobre Kitty) Kitty pronto volvería a su estado natural de sensatez, una vez que habían desaparecido los elementos que distraían su cerebro…
(Lizzy) Por lo tanto, era necesario encontrar otro momento para declararlo como el inicio de la felicidad real, para poder así tener otro punto sobre el que anclar sus deseos y esperanzas.
(Lizzy) Su viaje a los lagos era ahora el objeto de sus pensamientos más dichosos.
(Lizzy) Es una suerte que tenga ilusión por algo.
(Lizzy) un plan en el que cada una de las partes promete ser una delicia nunca podrá tener éxito. La defensa de algunas pequeñas molestias sin importancia suele mantener a raya la decepción general.
Mención a Chatsworth en la visita a Derbyshire, por lo que probablemente se inspiró en la casa real para describir Pemberley.
(Lizzy sobre el cambio de planes) Era su responsabilidad el sentirse satisfecha de nuevo y, de hecho, su temperamento tenía que hacerla feliz. Pronto estuvo todo bien de nuevo.
Saldrían a finales de Julio, y solamente durante tres semanas. En fechas como en las que ahora estoy escribiendo sobre este capítulo, Lizzy estaría impaciente preparando el viaje con sus tíos.
Dicen que Jane no hablaba de ella en sus novelas, pero a ver a quién os recuerda esto:
… los hijos, dos niñas de 6 y 8 años, y dos niños más pequeños, se iban a quedar al cuidado de su prima Jane, que era la favorita de todos, y cuya sensatez y dulzura de carácter la convertían en la persona ideal para atenderles en todo lo que necesitaran: enseñarles, jugar con ellos y amarlos.
Si no es Cassandra, o la idea que tenían ella y su familia de Cassandra, y lo que vemos en las cartas de Jane sobre el ajetreo que se traía cuidando de los hijos de sus hermanos, de un sitio para otro, muy por encima de Jane Austen, que me parta un rayo ¡pardiez!
(sobre los compañeros de viaje ideales) viajar con los compañeros ideales…. incluye un buen estado de salud y de carácter para soportar los inconvenientes; jovialidad para potenciar cada pequeño placer; así como afecto y luces suficientes para abastecerse con ellos en caso de que aparecieran desilusiones mientras estaban fuera de casa.
La tía Gardiner le quiere enseñar Pemberley, pero no pensando en Darcy, sino en Wickham.
Lizzy se pone atacada de los nervios, pero la criada del hostal donde se alojan la tranquiliza, pues la familia no se encuentra en el condado.
Capítulo 43
(Lizzy sobre Pemberley) Elizabeth estaba encantada. Nunca había visto en un lugar tan bien dotado por la naturaleza, o en el que la belleza natural hubiera visto contrarrestada por un gusto extravagante.
(Lizzy) ¡Pensar que yo podría haber sido la señora de este lugar!
(Sra. Reynolds sobre el Sr. Darcy) Nunca en toda mi vida le he oído decir una palabra más alta que otra, y eso que le conozco desde que tenía cuatro años.
… siempre fue el niño con el mejor carácter y el corazón más generoso en todo el mundo…
(Lizzy) ¿Está hablando del Sr. DArcy?
… no como los asilvestrados hombres de hoy en día que no piensan más que en sí mismos…
(Lizzy) ¡A qué luz tan amable le deja todo esto!
Y Lizzy ve el retrato de cuerpo entero del Sr.Darcy:
… el Sr. Darcy, con una sonrisa en su rostro que recordaba haberle visto en varias ocasiones cuando él la miraba….
¡Ay, Lizzy, si sus prejuicios no le hubieran impedido ver la realidad! Pero veía la “realidad” que Wickham quiso que viera….
¿Qué elogio puede ser más valioso que el de un criado con información?
(Lizzy) Empezó a sentirse más profundamente agradecida que nunca antes cuando pensaba en sus afectos; recordaba su calidez, y suavizó la falta de propiedad que hubo en su expresión.
Y…. ¡¡¡Lizzy se encuentra con el Sr. DArcy!!!
… Sus ojos se encontraron instantáneamente y las mejillas de ambos se sonrojaron profusa y profundamente.
… Él empezó… y se dirigió a Elizabeth, si no en términos de una perfecta compostura, sí al menos de una perfecta educación…
Vamos, para comérselo con patatas fritas. ¡Qué tierno y qué HOMBRE todo en uno!
Lizzy, más cortada que una mona:
… los escasos minutos que siguieron hablando fueron de los más incómodos de su vida…
Para los que tachan a David Rintoul – Mr. Darcy 80 de palo escoba, veamos lo que dice Austen, y que Rintoul lo bordó:
Tampoco él parecía estar demasiado cómodo; cuando hablaba, su acento no tenía nada de su habitual suavidad, e hizo preguntas, tan a menudo y de forma tan apresurada, que evidenciaban la dispersión de sus pensamientos…. Al final, pareció quedarse sin ideas…
¡Vaya dos!
Lizzy está sorprendida, avergonzada, enfadada….
Y su conducta…, ¡era evidente que estaba tan alterado! ¿Qué podría significar? De hecho, que la hablara era de lo más sorprendente…
Estaba deseando saber qué podría estar pasando ahora por su cabeza, qué estaría pensando de ella y si, a pesar de todo, él todavía sentía afecto por ella.
Darcy le pide a Lizzy que le presente a sus acompañantes (los tios GArdiner):
A Elizabeth le costó reprimir una sonrisa al querer ser presentado a esas mismas personas contra la que se revolvió su propio orgullo en la proposición que le hizo.
Lógico.
Elizabeth sólo podía sentirse gratificada y triunfante. Era reconfortante que él supiera que tenía familiares por los que no había que ruborizarse. Escuchó con atención todo lo que pasaba entre ellos, y se glorificaba en cada expresión, en cada frase de su tío, que daban cuenta de su inteligencia, de su buen gusto y de sus buenos modales.
Los reproches que le hice en Hunsford no pueden haber obrado este cambio. Es imposible que todavía me ame.
¿Me permitirá, o quizás le esté pidiendo demasiado, que le presente a mi hermana durante su estancia en Lambton?
En seguida se dio cuenta de que cualquier deseo que tuviera la Srta. Darcy de conocerla debía de ser obra de su hermano.
Era muy gratificante comprobar que su resentimiento no le hubiera hecho pensar mal de ella.
La tía Gardiner la pone en un aprieto pues éste no es el Mr. Darcy que esperaban. No era tan guapo como Wickham, pero le ganaba en todo lo demás. Lo que sigue haciendo que mi Rintoul esté perfecto en su papel, no como Firth, que era más guapo que Wickham.
Lizzy pone a su tía al tanto de la verdad: ni Wickham es tan bueno, ni Darcy tan malo.
Pero lo que la deja más sorprendida es que él deseara que su hermana y ella se conocieran.
Para comérselo. ¡Qué elegante, qué caballero, qué educado, qué considerado con los sentimientos de todos, qué generoso! ¡Como para no enamorarse de él hasta las trancas! Eso sí, y luego está Pemberley, que ya, ya….
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Chapter 42
(Lizzy on her family) Had Elizabeth’s opinion been all drawn
from her own family, she could not have formed a very pleasing opinion of
conjugal felicity or domestic comfort.
(Lizzy on her father’s Choice) Her father, captivated by
youth and beauty, and that appearance of good humour which youth and beauty
generally give, had married a woman whose weak understanding and illiberal mind
had very early in their marriage put an end to all real affection for her.
(Lizzy on real affection) Respect, esteem and confidence
(Mr. Bennet on his wife) her ignorante and folly had
contributed to his amusement.
(Lizzy’s reflection) This is not the sort of happiness which
a man would in general wish to owe to his wife.
(Lizzy on Benefit) but where other powers of entertainment
are wanting, the true philosopher will derive benefit from it as are given.
(Lizzy on her father) Elizabeth, however, had never been
blind to the impropriety of her father’s behaviour as a husband.
(Lizzy) she endeavoured to forget what she could not
overlook
(Lizzy on her father) … exposing his wife to the contempt of
her own children was so highly reprehensible
(Lizzy) she had never felt so strongly as now the
disadvantages which must attend the children of so unsuitable a marriage, nor
ever been so fully aware of the evils arising from so ill-judged a direction of
talents.
(Lizzy on Kitty) Kitty might in time regain her natural degree
of sense, since the disturbers of her brain were removed…
(Lizzy) It was consequently necessary to name some other
period for the commencement of actual felicity – to have some other point on
which her wishes and hopes might be fixed.
(Lizzy) Her tour of the lakes was now the object of her
happiest thoughts.
(Lizzy) It is fortunate that I have something to wish for
(Lizzy) A scheme of which every part promises delight can
never be successful. And general disappointment is only warded off my the
defence of some little peculiar vexation.
(Lizzy on the change of plans) it was her business to be
satisfied, and certainly her temper to be happy; anda ll was soon right again.
(on the right companions) suitableness of companions… which
comprehend health and temper to bear inconveniences; cheerfulness to enhance
every pleasure; and affection and intelligence, which might supply it hmong
themselves if there were disappointments abroad.
Chapter 43
(Lizzy on Pemberley) Elizabeth was delighted. She had never
seen a place for which nature had done more, or where natural beauty had been
so little counteracted by an awkward taste.
(Lizzy) And of this place I might have been mistress!
(Mrs. Reynolds on Mr. DArcy) I have never known a cross Word
from him in my life, and I have known him ever since he was four years old.
… He was always the sweetest-tempered, most generous-hearted
boy in the world…
(Lizzy) Can this be Mr. Dardy?
… not like the wild young men nowadays, who think of nothing
but themselves…
(Lizzy) In what an amiable light does this place him!
… Mr. Darcy, with such a smile over the face as she
remembered to have sometimes seen when he looked at her….
What praise is more valuable than the praise of an
intelligent servant?
(Lizzy) She thought of his regard with a deeper sentiment of
gratitude than it had ever raised before; she remembered its warmth, and softened
its impropriety of expression
… Their eyes instantly met, and the cheeks of both were
overspread with the deepest blush.
… He started…. And spoke to Elizabeth, if not in terms of
perfect composure, at least of perfect civility…
… the few minutes in which they continued were some of the
most inconfortable in her life…
Nor did he seem much more at ease; when he spoke, his Accent
had none of tis usual sedateness, and he enquired… so often, and in so hurried
a way, as plainly spoke the distraction of his thoughts…
And his behaviour, so strikingly altered! What could it
mean? That he should even speak to her was Amazing!
She longed to know what at the moment was passing in his
mind- in what manner he thought of her, and whether, in defiance of everything,
she was still dear to him.
She could hardly suppress a smile at his being now seeking
the acquaintance of some of those very people against whom his pride had
revolted in his offer to herself.
Elizabeth could not but be pleased, could not but triumph.
It was consoling that he should know she had some relations for whom there was
no need to blush. She listened most attentively toa ll that passed between
them, and gloriad in every expression, every sentence of her uncle, which
marked his intelligence, his taste of his good manners.
My reproofs at Hunsford could not work such a change as
this. It is impossible that he should still love me.
Will you allow me, or do I ask too much, to introduce my
sister to your acquaintance during your stay at Lambton?
She immediately felt that whatever desire Miss Darcy might
have of being acquainted with her must be the work of her brother.
It was gratifying to know that his resentment had not made
him think really ill of her.
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