Lizzy se liga al Coronel Fitzwilliam. De hecho, en la semana
que estuvieron en Rosings, no hubo ninguna invitación por parte de Lady Catherine (LC), pero él
si visitó Hunsford en varias ocasiones.
Capítulo 31
Darcy intenta conquistar a Lizzy. La prueba definitiva de que Darcy Paloescoba es obra de
Austen… y Rintoul lo borda!!!
Y Lizzy tiene la oportunidad de sacarse su espinita….
(Fitzwilliam sobre Lizzy) La guapa amiga de la Sra. Collins
le había gustado bastante.
Mr. Darcy se da cuenta (¿celillos?), y entra sutilmente en
acción. El grupo de amigos es invitado a Rosings. La conversación de LC da pie
a una nueva sesión entre DArcy y Lizzy. LC le pregunta a Darcy sobre su
hermana, y qué tal va con el piano
(Lady Catherine sobre Georgiana) .. no puede esperar se
extraordinaria si no practica bastante…
Lizzy empieza a tocar para Fitzwilliam, mientras LC acapara
a Darcy. Pero este consigue escaparse y acercarse a la parejita…
(Darcy) … se apartó de ella (LC) y, como era habitual en él,
caminó deliberadamente hacia el pianoforté y se posicionó delante de él de
manera que podía tener una vista completa del rostro de la agradable pianista.
Vamos, que no se le notó nada de nada….
(Lizzy a Darcy) Hay algo de cabezonería en mí que no me
permite ser asustada según el antojo de otros. Mi valor siempre aumenta con
cada intento de intimidarme.
Vamos, como un toro de Miura.. Darcy le dice que “para nada”
quiere asustarla. “Para nada”. Y le lanza una directa que entra como una buena
banderilla…
(Darcy a Lizzy)… Tengo el placer de conocerla desde el
tiempo suficiente como para saber que le produce auténtico placer manifestar
opiniones que, de hecho, no son las suyas…
¿Se refería Darcy
a Wickham?¿Se dio Lizzy por enterada? Probablemente no. Otro de los
puntazos que debe atribuirse el manipulador, es que el manipulado piensa que
sus opiniones son “suyas”, y que se han formado “libremente”. Lizzy, en este
momento, todavía no está capacitada para comprender que su opinión de Darcy no
es más que la opinión que Wickham quiere que ella tenga sobre DArcy… Es más, le
parece tan gracioso (venga ya, que ella no tuviera su propia opinión… ¡vamos!),
que no puede más que reirse…
(Lizzy) Elizabeth se rió con ganas de esta caricatura de sí
misma…
Rie Elizabeth, que luego llorarás….
(Lizzy a Fitzwilliam) Qué mala suerte he tenido al
encontrarme con una persona tan capaz de exponer mi auténtico carácter, en una
parte del mundo en la que me habría gustado pasar inadvertida o al menos con
algo de credibilidad…
Una patadita, por aquí, una patadita por allá… ahora le toca
a Lizzy intentar darle a Darcy en la espinilla…
(Lizzy a Darcy) Sr. Darcy, no es Vd. muy generoso al
mencionar todo lo que sabía para ponerme en evidencia…. Ni tampoco muy hábil…
pues me está Vd. provocando para que cuente lo que yo sé, y es posible que
surjan cosas que causen cierta sorpresa a sus familiares cuando las oigan…
Está claro que para ser irónico hace falta un poquito de
mala….
Nuestra torita de Miura está sacudiendo la arena con las
patas traseras, dispuesta a embestir. Nuestro Manolete particular, no se corta
y saca el capote:
(Darcy) No le tengo miedo, dijo sonriendo…
Los dos están jugando con fuego… y los dos se van a quemar.
Bueno, como le suele pasar a tantos y a tantos amantes de todo el mundo, de
todas las épocas, de todas las
clases sociales…
Entonces Lizzy le cuenta aFitzwilliam la abominación de
famoso día del baile (si, ese día en que él dijo que ella no era lo suficientemente guapa para
tentarle…. Lizzy se está sacando la espinita…) Aunque Darcy intenta justificarse
diciendo que no conocía a nadie, Lizzy pasa olímpicamente de sus comentarios y
le pregunta a Fitzwilliam que qué quiere que toque ahora al piano. Primer
revolcón para Darcy, pues ignorándole, le está humillando… tal y como hizo él.
Como Lizzy le ha tocado el puntito del orgullo, Darcy cita
otra vez con el capote al torete que está aparentemente mirando para otro lado:
(Darcy) Quizás habría tenido mejor opinión si hubiera
intentado que me presentaran. Pero no se me da bien recomendarme a gente que no
conozco.
Elizabeth, en un impresionante ejercicio de la contención,
no entra al trapo, sino que se pone frente a él de manera magistral, con una
pregunta:
(Lizzy) ¿Le preguntamos entonces porqué un hombre educado y
sensible, a la vez que mundano, no es capaz de presentarse ante desconocidos?
Darcy tiene que dar cuatro pasitos, arrastrar el capote y
estudiar la manera de citar de nuevo al Miura. Mientras tanto, Fitzwilliam le
hace los coros a Lizzy:
(Fitzwilliam) … simplemente, porque no quiere tomarse la
molestia…
Darcy es un torero elegante. Antes de citar otra vez, recoge
el capote, sigue observando al toro, y da un paseito (emocional) para
recolocarse:
(Darcy) Es cierto que no tengo el talento que otras personas
parecen poseer….
Lizzy no lo puede evitar. Aunque Darcy no la ha citado con
el capote, ha visto el color rojo, y se acerca, pero tangencialmente…. Y le
pone el ejemplo de tocar el piano que había sacado LC:
(Lizzy) Mis dedos… no se mueven por este instrumento de la
manera magistral que veo en otros…. Pero siempre he supuesto que se trata de un
asunto mío, por no tomarme la molestia de practicar más.
Darcy se coloca la taleguilla y se sale por peteneras. En
vez de defenderse, aprovecha el ejemplo que ha utilizado Lizzy para hacerla un
poco la pelota, halagarla… e intentar llevarla a su terreno…
(Darcy) (sonriendo) tiene Vd. toda la razón… pero nadie que
tenga el privilegio de poder escucharla podría pensar que hay fallos en su
ejecución…
Boing, boing…. Estoy segura de que, aunque Lizzy hubiera
tocado con los dedos escayolados…. ¡Darcy habría dicho lo mismo! ¡Qué más da lo
que tocara!
Y ahora, el pase magistral. Darcy intenta que Lizzy se
sienta como parte de su mismo equipo. Los dos están a una:
(Darcy a Lizzy) Ninguno de los dos nos descubrimos ante
extraños…
¿Se sentirá Lizzy su igual?¿Se sentirá cómoda con ese
intento de DArcy de hacerla ver lo parecidos que son? La interrupción de LC no
nos permitirá nunca saberlo… El torero se va para un lado y el torito para
otro….
LC acapara de nuevo a Darcy. Viendo que Lizzy no toca del
todo mal, y del piropo que le acaba de echar Darcy, entra al ruedo dispuesta a
que su sobrino tenga en cuenta que su hija Anne, presunta candidata a ser su
esposa, podría hacerlo incluso mejor… Aquí cada uno tira para donde le
interesa…
Fitzwilliam vuelve a elogiar a Lizzy y Darcy no iba a ser
menos. Pero Lizzy, todavía anestesiada por el veneno de Wickham, está
incapacitada para ver que debajo de la sonrisita amable de Darcy, hay un
corazón que casi se le está saliendo del pecho…
Chapter 32
Darcy se arranca y visita a Lizzy… ¡él solito! ¡Oh my God!
Para su deleite, Darcy se encuentra con que Lizzy está sola
en Hunsford. Así se las ponían a Felipe II. Pero Darcy, que ya se había
definido como poco hábil socialmente, desde luego lo confirma en esta ocasión.
No hay manera de que saque tema (Nota para Victoria Austen: no es que Rintoul
fuera un “paloescoba”; es que el Darcy que creó Austen era EL paloescoba… y
Rintoul lo bordó). Y Lizzy se ve obligada a sacar temas por aquí y por allá…
que si Netherfield, que si Bingley… Y no pierde la ocasión de soltarle alguna
pullita más…
(Lizzy) Si Bingley no tiene intención de pasar mucho tiempo
en Netherfield, sería mejor para el vecindario que dejara definitivamente el
lugar…
Más que al vecindario, a la que le vendría de perlas sería a
su hermana Jane. Tener que ver a Bingley casado con otra en Netherfield, no
solamente le rompería el corazón, sino que probablemente se lo haría puré. Así
que, cuanto antes desaparecieran él y sus amigos, mejor.
Darcy recoge el testigo y, por fin, saca un tema de
conversación… el interesantísimo asunto de el aspecto de la casa del Sr.
Collins…
Menos mal que Lizzy me da la razón sobre el matrimonio de
Charlotte con Collins:
(Lizzy sobre Charlotte) Parece estar muy feliz y, visto a la
luz de la prudencia, se trata realmente de un matrimonio muy beneficioso para
ella.
Darcy, que ya hemos visto que se las devuelve a Lizzy con
auténtico placer y en cuanto tiene
la oportunidad, no pierde esta ocasión para poner otra banderillita:
(Darcy) (sobre la distancia entre Hunsford y Longbourn) A mí
me parece una distancia muy corta… aunque es una prueba de lo ligada que se
encuentra a Hertfordshire. Cualquier lugar que se encuentre más allá del
vecindario de Longbourn me imagino que le parecerá demasiado lejano.
Francamente, no sé si la está llamando “hogareña” o
simplemente “paleta”.
Lizzy se sacude, y habla de una manera que, a mí me parece
impropia de finales del siglo XVIII, y especialmente viniendo de una mujer. Una
mente analítica y racional, casi diría que bordeando la observación científica:
(Lizzy) Lo lejano y lo próximo pueden ser términos
relativos, que dependerán de circunstancias muy variadas. Pero donde hay dinero
para hacer que los gastos del viaje resulten nimios, la distancia no puede ser
un inconveniente.
La relatividad, la probabilidad, el contexto… Genial Austen.
Y Darcy no puede resistirse a esta mente….
(Darcy) Darcy acercó su silla algo más cerca de ella…
Lenguaje corporal. Comunicación no verbal. ¡Lizzy despierta!
(Darcy) No puede sentirse tan fuertemente vinculada a un
solo lugar..
¿La está preparando el terreno? ¿Está pensando acaso en la
distancia entre Pemberley y Longbourn? Lizzy se sorprendió y Darcy, quizás
pensando que estaba dando demasiadas pistas sobre sus sentimientos (aunque no
sabía que Lizzy estaba todavía a por uvas, probablemente su autopercepción era
que se estaba exponiendo demasiado). Así que, se echó de nuevo para atrás,
cogió un periódico que había encima de la mesa… y le faltó ponerse a silbar
como quien intenta disimular algo… Pero como Darcy es un hombre elegante, movió
los labios para preguntar:
(Darcy) ¿Le gusta Kent?
Como para no estarlo Darcy… Pero en ese momento llegaron Charlotte y su hermana, que se
quedaron a cuadros con la parejita. A Darcy se le cerró la garganta y tras
convertirse de nuevo en paloescoba durante unos minutos, se marchó…
Charlotte, que ya hemos visto que me cae MUY BIEN, y que de
tonta tiene más bien poco, estaba ya sobre la pista.
(Charlotte a Lizzy) Mi querida Eliza, tiene que estar
enamorado de ti, pues nunca habría venido a visitarnos de una manera tan
informal.
¡BINGO! Pero la dosis Wickham+orgullo herido es demasiado
potente. Como Darcy es más bien callado, no puede estar enamorado de ella. La
conclusión es que bajó a Hunsford porque no tenía otra cosa que hacer. La mente
manipulada de LIzzy con la venda del prejuicio intoxicado por la necesidad de
Wickham de dar una imagen falsa de él tienen a Lizzy completamente de espaldas
a una realidad… que para ella estaba siendo una pérdida lamentable.
Lizzy seguía pensando en Wickham y, de momento, el único
candidato que se le acercaba era el Coronel Fitzwilliam
(Lizzy) Para su propia satisfacción, cuando estaba con él y
percibía su evidente admiración por ella, le recordaba a quien había sido su
opción previa favorita, George Wickham…
Eso sí, Wickham era mucho más dulce…. Lo mejor de lo mejor…
Las visitas de Darcy confirman la versión de que Austen nos
lo presenta como un auténtico paloescoba: va, se sienta, y apenas abre la boca.
Y así en repetidas ocasiones. A Charlotte creo que llegaba a ponerle más
nerviosa que su propio marido. Y se lo puso a huevo a su primo…
(Fitzwilliam) El Coronel Fitzwilliam se reía de vez en
cuando de su estupidez, lo cual era prueba de que, por lo general, era
diferente a como se mostraba…
Esta actitud del primo mosqueó aún más a Charlotte, que
agudizó todas sus habilidades de observación a ver qué estaba pasando, de
verdad, ahí…
(Charlotte) se dedicó seriamente a averiguar lo que estaba
ocurriendo. Le observó tanto cuando estaban en Rosings, como siempre que venía
a Hundsford. Pero sin demasiado éxito.
¿Darcy lo estaba ocultando bien, o es que era realmente tan
pavo? Honestamente, Darcy estaba conteniendo el auténtico ring de boxeo en el que
dentro de él, se batían su corazón y su cerebro…. ¿A quien dejaba hablar, a uno
o al otro? Los dos exigían su derecho a salir y dar sus razones pero, para no
dar prioridad a uno o a otro, Darcy tenía la puerta de salida, su boca y sus
palabras, selladas como se lacra un sobre que contiene un secreto que una, y
solamente una persona, debe de conocer…
Chapter 31
(Fitzwilliam on Lizzy) Mrs. Collins’s pretty friend had
moreover caught his fancy very much.
(Lady Catherine on Georgiana) .. she cannot expect to excel
if she does not practice a good deal
(Darcy) … walked away from her, andmaking with his ususal
deliberation towards the pianoforte stationed himself so as to command a full
view of the fair performer’s countenance.
(Lizzy to Darcy) There is a stubborness about me that never
can bear to be frightened at the will of others. My courage always rises at
every atempt to intimidate me.
(Darcy to Lizzy)… I have had the pleasure of your
acquaintance long enough to know that you find great enjoyment in occasionally
professing opinions which in fact are not your own…
(Lizzy) Elizabeth laughed heartily at this picture of
herself…
(Lizzy to Fitzwilliam) I am particularly unlucky in meeting
with a person so able to expose my real character, in a parto f the world where
I had hoped to pass myself off with some degree of credit.
(Lizzy to Darcy) Mr. Darcy, it is very ungenerous in you to
mention all that you knew to my disadvantage …. For it is provoking me to
retaliate, and such things may come out as will shock your relations to hear…
(Darcy) I am not afraid of you, said he smilingly….
(Darcy) Perhaps I should have judged better, had I sought an
introduction; but I am ill-qualified to recommend myself to strangers”
(Lizzy) Shall we ask him why a man of sense and education,
and who has lived in the world, is ill qualified to recommend himself to
strangers?
(Fitzwilliam) … he will not give himself the trouble…
(Darcy) I certainly have not the talent which some people
possess…
(Lizzy) My fingers… do not move over this instrument in the
masterly manner which I see others…. Then I have always supposed it to be my
own fault – because I will not take the trouble of practising.
(Darcy) (smiling) you are perfectly right… No one admitted
to the privilege of hearing you can think anything wanting….
(Darcy to Lizzy) We neither of us perform to strangers.
Chapter 32
(Lizzy) If Bingley means to be but little at Netherfield….it
would be better for the neighbourhood that he should give up the place
entirely…
(Lizzy on Charlotte) She seems perfectly happy and, in a prudencial light, it is
certainly a very good match for her.
(Darcy) (on the distance of Hunsford from Longbourn) I call
it a very easy distance… it is a proof of your own attachment to Hertfordshire.
Anything beyond the very neighbourhood of Longbourn, I suppose, would appear
far.
(Lizzy) The far and the near must be relative, and depend on
many varying circumstances…. Where there is fortune to make the expenses of
travelling unimportant, distance becomes no evil.
(Darcy) Darcy drew his chair a little towards her…
(Darcy) You cannot have a right to such very strong local
attachment.
(Darcy) Are you pleased with Kent?
(Charlotte a Lizzy) My dear, Eliza, he must be in love with
you, or he would never have called on us in this familiar way.
(Lizzy) Elizabeth was reminded by her own satisfaction in
being with him, as well as by his evident admiration of her, of her former
favourite George Wickham…
(Fitzwilliam) Colonel Fitzwilliam’s occasionally laughing at
his stupidity, proved that he was generally different….
(Charlotte) she set herself seriously to work to find it
out. She watched him whenever they were at Rosings, and whenever he came to
Hunsford. But without much success.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.