Aunque Jane se ha ido a Londres para estar unos días con Henry tras la muerte de su esposa Eliza, Jane parece estar bastante bien de ánimo. Y no me extraña. Hace ya cuatro meses que se ha publicado su libro y tiene muchas razones para sentirse muy orgullosa.
Como notas, os aclararé que cuando habla de la pequeña Cass, se refiere a la hija mayor de su hermano Charles, que nació en Diciembre de 1808. Iba acompañada por su asistente, Betsy, y se iba a encontrar en Chawton con otra de las sirvientas, que se llamaba también Betsy; y Cassy es la quinta hija de su hermano Edward, nacida en Noviembre de 1806, y que había llegado recientemente a Chawton con su familia.
Cuando habla del dieciseisavo de 20.000 libras de su amiga Martha (o sea, 1250 libras), parece ser que se refiere a un premio de la lotería que le había tocado (los tickets se compraban enteros, o por participaciones de la mitad, un cuarto, un octavo o un dieciseisavo). Una pequeña fortunita, vamos. (Lo que me hace reflexionar que, con tantas deducciones e hipótesis sobre lo que presuntamente haría hoy Jane Austen, como ser bloggera, madre soltera, etc., etc.,... se nos ha escapado una... ¡¡jugaría a la bono loto!!!)
Espero que disfrutéis de la carta. Da gusto ver a esta Jane con este ánimo, después de los años oscuros que ya hemos leído previamente... Hoy, hace doscientos años, Jane le escribía a su hermana....
Carta de Jane a Cassandra (Jane tenía 37 años)
Jueves 20 de Mayo de 1813
De de Sloane St. a Chawton
Mi querida Cassandra:
Antes de que te cuente otra cosa, quiero pedirte unas cuartillas de papel de medio penique que me dejé en el mantel del salón. Yo misma las puse allí y me olvidé de traerlas. No puedo decir que haya sentido ya malestar alguno relacionado con el dinero, pero prefiero tener lo que me corresponde aunque fuera el mismísimo demonio.
He tenido mucha suerte con mis guantes, pues los conseguí en la primera tienda en la que entré, aunque me dirigí a ella más por la cercanía que por que me pareciera una tienda de guantes, y pagué por ellos tan solo cuatro chelines. Ya puedo oír a todo el mundo en Chawton esperando y prediciendo que no pueden ser buenos para nada y, aunque todavía tiene que ponerse a prueba su valor real, creo que son muy bonitos.
Salimos de Guildford a las doce menos veinte (espero que a alguien le interesen estas minucias) y llegamos a Esher después de dos horas. Me quedé en general bastante satisfecha con esa región. Me pareció especialmente bonita entre Guildford y Ripley, también los alrededores de Painshill y el resto. Y las vistas eran realmente preciosas desde los terrenos de un tal Sr. Spicer en Esher, donde fuimos caminando antes de cenar. No te puedo decir qué es lo que no vimos, pues no creo que haya quedado un bosque, pradera, palacio o lugar destacado que no se haya presentado ante nosotros, en uno u otro lado.
Claremont va a venderse, y ahora lo tiene un tal Sr. Ellis. Es una casa que no parece haber prosperado nunca.
A las 3 cenamos chuletas de ternera y jamón frío, estaba todo muy bueno. Después de cenar seguimos paseando, tan solo para ser sorprendidos por el horario del cochero y antes de que él nos adelantara ya estábamos muy cerca de Kingston. Creo que debían de ser las seis y media cuando llegamos a esta casa. Tardamos doce horas, y los caballos tenían un cansancio comprensible. Yo también estaba muy cansada, y feliz de poder irme a la cama temprano, pero hoy me encuentro muy bien. En conjunto, hemos tenido un viaje excelente y lo he disfrutado intensamente. El tiempo fue una delicia durante la mayor parte del día. Para Henry era demasiado caluroso y a veces comentaba que le resultaba sofocante pero, para mí, fue perfecto. No recuerdo haber tenido nunca una vista tan favorable de los campos desde lo alto de Hogsback. Durante esa parada nos comimos tres de los bollos, y los tres que quedaron se convirtieron en un entretenimiento elegante para el Sr. y la Sra. Tilson, que vinieron a tomar el té con nosotros.
Ahora la pequeña Cass y su acompañante están de viaje hacia Chawton. Me hubiera gustado que el día fuera mejor. Si Cassy quisiera dibujar algunos bosquejos mientras los demás estén cenando, no creo que pueda hacerlos. ¿Cómo vas a poder distinguir a las dos Betsys?
La Sra. Perigord llegó a las tres y media. Se encuentra bastante bien y su madre, gracias a ella, parece estar también muy bien. Se sentó conmigo esta mañana mientras me tomaba el desayuno. Estuvimos hablando de Henrietta St., de los criados y de las ropas de hogar. Está tan ocupada preparándose para el futuro que no tiene ocasión de desanimarse.
Si puedo, me pasaré a visitar a la Sra. Hoblyn y a Charlotte Graven. La Sra. Tilson se va a marchar, así que no tendré que visitarla, aunque creo que vamos a tomar juntas el té.
Henry me ha comentado que mañana podíamos ir a ver la exposición de acuarelas, y que vaya a buscarle a Henrietta St. Si lo hacemos, aprovecharé para comprarle el vestido a mi madre, de manera que, hacia las tres de la tarde, pueda considerarse la propietaria de siete yardas de Bk. Sarsenet (un tipo de tela), de la misma manera que espero que Martha lo haga de su dieciseisavo de 20.000 libras (1250).
Me siento muy cómoda con el salón para mi sola, y no agradecería la compañía de nadie excepto la tuya. Me hace bien tanta tranquilidad.
Henry y yo estamos dispuestos a preguntarnos cómo es posible que la carretera de Guildford no haya sido con más frecuencia la preferida, en vez de la de Bagshot, pues no es más larga, es mucho más bonita y no tiene colinas. Si fuera Charles, optaría por ella. Al tenerle en nuestro pensamiento, hemos hecho averiguaciones en Esher sobre las distancias de repostaje. De Guildford a Esher hay 14 millas, de Esher a la esquina de Hyde Park, 15, que es exactamente la misma distancia que hay de Bagshot a la esquina de Hyde Park, haciendo el cambio en Bedfond. En total, 49 millas en ambos caminos.
Me las he arreglado para hacer mis dos visitas, aunque el tiempo me entretuvo bastante, y tan solo he podido sentarme con C.C. durante unos minutos. Tiene muy buen aspecto y su pelo está arreglado con tal elegancia que hace honor a cualquier tipo de educación. Sus modales son tan sencillos y agradables como siempre. Tuvo hoy noticias de su madre. La Sra. Craven va a pasar dos semanas más en Chilton. Solamente he visto a Charlotte, que es la que más me gustaba. Fui invitada a subir al salón en la planta superior, donde vino a verme, y el aspecto de la habitación era tan poco parecido a lo que podría ser una escuela que realmente me pareció divertido. Estaba lleno de todo tipo de elegancias modernas, y si no hubiera sido por algunos Cupidos desnudos encima de la repisa de la chimenea, que tienen que ser un objeto de estudio muy agradable para las niñas, no se podía sospechar que fuera un lugar de instrucción.
La Sra. Perigord desea a todas las damas todo lo que a ella le corresponde.
De de Sloane St. a Chawton
Mi querida Cassandra:
Antes de que te cuente otra cosa, quiero pedirte unas cuartillas de papel de medio penique que me dejé en el mantel del salón. Yo misma las puse allí y me olvidé de traerlas. No puedo decir que haya sentido ya malestar alguno relacionado con el dinero, pero prefiero tener lo que me corresponde aunque fuera el mismísimo demonio.
¡Qué suerte tuvimos ayer con el tiempo! La humedad de esta mañana hace que lo aprecie mejor. No tuvimos ningún chaparrón de importancia. Levantamos la capota del carruaje tres o cuatro veces, pero la lluvia que nos cayó fue insignificante, aunque parecía bastante más intensa a nuestro alrededor, especialmente cuando pasamos por Hogsback (una cresta de montaña entre Farnham y Guildford, que tenía vistas sobre seis condados, n.deT.), y se me ocurrió pensar que la lluvia debía de ser tan fuerte en Chawton que la preocupación que pudieras tener por nosotros sería más de lo que en realidad merecíamos.
Tardamos tres horas y cuarto en llegar a Guildford, y estuvimos allí durante dos horas escasas. Tuvimos el tiempo justo para hacer todo lo que teníamos previsto hacer allí, es decir, tomarnos un largo y reconfortante desayuno mientras observábamos los carruajes, pagar al Sr. Herington y dar después un pequeño paseo. Las vistas de las que disfrutamos durante nuestra caminata en Guildford me han hecho mejorar la opinión que tenía sobre su situación. Nos habría gustado que todos nuestros hermanos y hermanas hubieran podido estar allí con nosotros en el Bowling Green, mirando hacia Horsham. Le comenté al Sr. Herington lo de los Currant, y se quedó tan sorprendido y anonadado como nosotros, y tiene intención de hablar con el hombre que los hospedó. Espero que encuentres a los Currant de mejor humor sobre este asunto.He tenido mucha suerte con mis guantes, pues los conseguí en la primera tienda en la que entré, aunque me dirigí a ella más por la cercanía que por que me pareciera una tienda de guantes, y pagué por ellos tan solo cuatro chelines. Ya puedo oír a todo el mundo en Chawton esperando y prediciendo que no pueden ser buenos para nada y, aunque todavía tiene que ponerse a prueba su valor real, creo que son muy bonitos.
Salimos de Guildford a las doce menos veinte (espero que a alguien le interesen estas minucias) y llegamos a Esher después de dos horas. Me quedé en general bastante satisfecha con esa región. Me pareció especialmente bonita entre Guildford y Ripley, también los alrededores de Painshill y el resto. Y las vistas eran realmente preciosas desde los terrenos de un tal Sr. Spicer en Esher, donde fuimos caminando antes de cenar. No te puedo decir qué es lo que no vimos, pues no creo que haya quedado un bosque, pradera, palacio o lugar destacado que no se haya presentado ante nosotros, en uno u otro lado.
Claremont va a venderse, y ahora lo tiene un tal Sr. Ellis. Es una casa que no parece haber prosperado nunca.
A las 3 cenamos chuletas de ternera y jamón frío, estaba todo muy bueno. Después de cenar seguimos paseando, tan solo para ser sorprendidos por el horario del cochero y antes de que él nos adelantara ya estábamos muy cerca de Kingston. Creo que debían de ser las seis y media cuando llegamos a esta casa. Tardamos doce horas, y los caballos tenían un cansancio comprensible. Yo también estaba muy cansada, y feliz de poder irme a la cama temprano, pero hoy me encuentro muy bien. En conjunto, hemos tenido un viaje excelente y lo he disfrutado intensamente. El tiempo fue una delicia durante la mayor parte del día. Para Henry era demasiado caluroso y a veces comentaba que le resultaba sofocante pero, para mí, fue perfecto. No recuerdo haber tenido nunca una vista tan favorable de los campos desde lo alto de Hogsback. Durante esa parada nos comimos tres de los bollos, y los tres que quedaron se convirtieron en un entretenimiento elegante para el Sr. y la Sra. Tilson, que vinieron a tomar el té con nosotros.
Ahora la pequeña Cass y su acompañante están de viaje hacia Chawton. Me hubiera gustado que el día fuera mejor. Si Cassy quisiera dibujar algunos bosquejos mientras los demás estén cenando, no creo que pueda hacerlos. ¿Cómo vas a poder distinguir a las dos Betsys?
La Sra. Perigord llegó a las tres y media. Se encuentra bastante bien y su madre, gracias a ella, parece estar también muy bien. Se sentó conmigo esta mañana mientras me tomaba el desayuno. Estuvimos hablando de Henrietta St., de los criados y de las ropas de hogar. Está tan ocupada preparándose para el futuro que no tiene ocasión de desanimarse.
Si puedo, me pasaré a visitar a la Sra. Hoblyn y a Charlotte Graven. La Sra. Tilson se va a marchar, así que no tendré que visitarla, aunque creo que vamos a tomar juntas el té.
Henry me ha comentado que mañana podíamos ir a ver la exposición de acuarelas, y que vaya a buscarle a Henrietta St. Si lo hacemos, aprovecharé para comprarle el vestido a mi madre, de manera que, hacia las tres de la tarde, pueda considerarse la propietaria de siete yardas de Bk. Sarsenet (un tipo de tela), de la misma manera que espero que Martha lo haga de su dieciseisavo de 20.000 libras (1250).
Me siento muy cómoda con el salón para mi sola, y no agradecería la compañía de nadie excepto la tuya. Me hace bien tanta tranquilidad.
Henry y yo estamos dispuestos a preguntarnos cómo es posible que la carretera de Guildford no haya sido con más frecuencia la preferida, en vez de la de Bagshot, pues no es más larga, es mucho más bonita y no tiene colinas. Si fuera Charles, optaría por ella. Al tenerle en nuestro pensamiento, hemos hecho averiguaciones en Esher sobre las distancias de repostaje. De Guildford a Esher hay 14 millas, de Esher a la esquina de Hyde Park, 15, que es exactamente la misma distancia que hay de Bagshot a la esquina de Hyde Park, haciendo el cambio en Bedfond. En total, 49 millas en ambos caminos.
Me las he arreglado para hacer mis dos visitas, aunque el tiempo me entretuvo bastante, y tan solo he podido sentarme con C.C. durante unos minutos. Tiene muy buen aspecto y su pelo está arreglado con tal elegancia que hace honor a cualquier tipo de educación. Sus modales son tan sencillos y agradables como siempre. Tuvo hoy noticias de su madre. La Sra. Craven va a pasar dos semanas más en Chilton. Solamente he visto a Charlotte, que es la que más me gustaba. Fui invitada a subir al salón en la planta superior, donde vino a verme, y el aspecto de la habitación era tan poco parecido a lo que podría ser una escuela que realmente me pareció divertido. Estaba lleno de todo tipo de elegancias modernas, y si no hubiera sido por algunos Cupidos desnudos encima de la repisa de la chimenea, que tienen que ser un objeto de estudio muy agradable para las niñas, no se podía sospechar que fuera un lugar de instrucción.
La Sra. Perigord desea a todas las damas todo lo que a ella le corresponde.
Nota: la traducción la ha realizado la autora del blog, no con objeto literario, sino por el contenido del estado físico y/o anímico de Jane Austen, por lo que es susceptible de mejoras en el estilo, la interpretación o la traducción de algunos términos.
Fuente: Le Faye, D. (1995), Jane Austen’s Letters, Ed. Oxford University Press
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