Capítulo 56
Una semana después del compromiso entre Jane y Bingley aparece… ¡Lady Catherine de Bourgh!
Esta escena es ABSOLUTAMENTE GENIAL, y un modelo y referente de conducta asertiva por parte de Lizzy.
Prepotente y sin educación (LC), Lizzy se pregunta cómo en algún momento pudo pensar que la tía y el sobrino eran iguales…
Lady Catherine le confiesa a Lizzy que hacía dos días le había llegado una información, una “escandalosa falsedad” sobre el posible matrimonio entre ella y Darcy.
(Lizzy) Si creía que no era posible que fuera cierto, me pregunto cómo se ha tomado la molestia de venir tan lejos.
(Lizzy) Que haya venido hasta Longbourn a verme a mí y a mi familia no hace más que confirmarlo.
Lady Catherine le pide que le diga que el rumor no tiene fundamento. Lizzy le da una buena lección de asertividad:
(Lizzy) No pretendo estar en posesión de su misma franqueza. Vd. puede hacerme preguntas y yo puedo decidir no contestarlas.
(LC) tengo derecho a conocer todos sus asuntos más íntimos… (De su sobrino)
(Lizzy) pero no a conocer los míos.
Y ahora le pega un repaso a Lady Catherine por sus malos modales
(Lizzy) ni tampoco una conducta como ésta me obligará jamás a ser explícita
LC, viendo que Lizzy no va a ser fácil, entonces apela al compromiso que tenían su hija y su sobrino desde la cuna. Sus respectivas madres se regocijaban en la unión.
(Lizzy) ¿Y qué tengo yo que ver con todo ello? Si es ésa la única objeción a que me case con su sobrino, no me lo impedirá el saber que su madre y su tía deseaban que se casara con la Srta. De Bourgh. Ambas hicieron todo lo que estuvo en su mano para planificar ese matrimonio. Pero su ejecución depende de otras personas. Y si el Sr. Darcy no tiene ni su honor ni su inclinación restringidos a su prima, ¿por qué no puede hacer otra elección? Y si me ha elegido a mí, ¿por qué no he de aceptarle?
¡Toma corte! Y muy bien argumentado. Algo insólito en aquella época. Ahora nos puede parecer muy normal y moderno, pero resulta absolutamente sorprendente por un lado, la actitud asertiva de Lizzy y, por otro, la fundamentación de un matrimonio sobre la libertad de elección de acuerdo con los propios sentimientos, y no por lo que exija el entorno, el estatus o la familia. ¡Bravo Lizzy!
Lady Catherine intenta ahora chantajearla diciéndole que nadie la va a hacer ni caso. Buen intento, Madame, pero Lizzy tiene un argumento absolutamente contundente:
(Lizzy) La esposa del Sr. Darcy tendrá tan extraordinarias fuentes de felicidad necesariamente ligadas a su situación que, con todo y eso, no tendría motivos para quejarse.
Pero esto es un auténtico ring de boxeo. Lady Catherine intenta un nuevo gancho de izquierda:
(LC) No estoy acostumbrada a tener que someterme a los caprichos de otros. Y no está entre mis hábitos tolerar la decepción.
A Lizzy le importa bien poco a lo que esté acostumbrada o no Lady Catherine, y hace bien:
(Lizzy) Lo único que eso hará es que su situación ahora sea más lamentable, pero no producirá en mi ningún efecto.
Lady Catherine vuelve a arremeter con la cantinela de que no tiene familia, ni relaciones ni dinero. Pero, a estas alturas, Lizzy ya tiene callo, y no le humilla tanto el intento por hacerla desistir.
(Lizzy) Si me casara con su sobrino no consideraré que estuviera abandonando la esfera a la que pertenezco. Él es un caballero y yo soy la hija de un caballero. Hasta aquí, estamos en igualdad de condiciones.
Finalmente, ante la presión de Lady Catherine, Lizzy le confiesa que no está comprometida con su sobrino. Pero cuando se le pide que prometa que no lo hará, se niega. Lady Catherine amenaza entonces con no moverse de allí hasta que lo haga.
(Lizzy) Nadie va a intimidarme ante algo tan irracional.
(Lizzy) Ha Vd. malentendido ampliamente mi carácter si piensa que se me puede persuadir con argumentos como los que me ha dado.
Pero aquí no acaba la cosa, no…
(Lizzy) Vd. no tiene absolutamente ningún derecho a inmiscuirse en mis asuntos. Por lo tanto, tengo que pedirle que deje de importunarme sobre el que nos ocupa.
Lady Catherine se reservaba aun el golpe más bajo: Lydia y la posibilidad de que Darcy tuviera como cuñado a Wickham. Si una piara de cerdos se instalara en Pemberley, Lady Catherine se habría sentido menos ofendida…
(Lizzy) No puede tener nada más que decir. Me ha insultado de todas las maneras posibles. Le ruego que volvamos a la casa.
Lady Catherine, testaruda donde las haya, insiste. Lizzy sigue al quite.
(Lizzy) Estoy decidida a actuar tan sólo de acuerdo con lo que me dicte mi propia opinión en lo que concierne a mi felicidad, sin tener que referirme a Vd. o a cualquier otra persona que esté tan poco relacionada conmigo.
Lady Catherine entró en su carruaje despotricando. Lizzy se dio la vuelta y volvió a su casa.
Su madre pensó que Lady Catherine solamente se había pasado por Longbourn para traer noticias de los Collins, y que la conversación había sido insustancial. También a ella le esperaban sorpresas…. pero de las buenas!!!
Capítulo 57
Lizzy no era inmune a la fundamentación que tenían los argumentos de Lady Catherine. En realidad, la diferencia entre ambos era significativa. Pero le daba vueltas al asunto: ¿De dónde habría salido ese rumor?¿Hasta qué punto Darcy se dejaría influir por su tía? Su ansiedad no había disminuido: ¿se hacía ilusiones o no? Y volvió a hacer lo habitual en estos casos: “Si…… entonces….”, para poder tomar finalmente una decisión… Darcy, presuntamente, se había comprometido a volver en unos días con su amigo Bingley…
(Lizzy) Si le llega a su amigo dentro de unos días una excusa para no mantener su promesa, sabré cómo interpretarla. Entonces daré por zanjada cualquier esperanza, cualquier deseo sobre la constancia de sus sentimientos.
¿No es recuerda esto a Persuasión? A Jane Austen le debió calar muy hondo en su vida el tema de la volatilidad o la constancia de los sentimientos cuando el amor se ve afectado por ellos…
Y la siguiente frase es absolutamente genial, y para mí la prueba contundente de que Jane Austen, de romántica, NADA DE NADA.
(Lizzy) Si se da por satisfecho con lamentarse por no tenerme, cuando podría haber obtenido mi afecto y mi mano, entonces dejaré inmediatamente de sentirme mal por él.
Ni amores imposibles, ni lánguidos lamentos…. las situaciones se afrontan con valentía y determinación. Si la opción de él hubiera sido ser un llorica romanticón, habría perdido absolutamente toda la consideración que pudiera tenerle.
¿Asunto acabado? Noooooo…. Todavía queda la carta del repelente primo Collins a su padre… lógicamente, disgustadísimo con el patatús de Lady Catherine…
Por si Lizzy no hubiera tenido suficiente con la humillación de Darcy y de la tía de Darcy, su padre le pone la guinda al pastel:
(Sr. Bennet) ¡El Sr. Darcy, que nunca mira a una mujer si no es para encontrarla defectos, y que probablemente no se haya fijado nunca en tí!
Lo dicho: un poco cabeza de chorlito. Piensa que todo es una broma y le extraña la seriedad de Lizzy.
(Sr. Bennet) ¿Para qué vivimos sino para dar de qué hablar a nuestros vecinos, y poder reirnos de ellos a su vez?
… Era necesario reír, cuando ella habría deseado llorar…
… su padre la había mortificado de la manera más cruel con lo que había dicho de la indiferencia del Sr. Darcy hacia ella. No podía dejar de preguntarse por esa falta de observación, y le asaltaba el temor de que quizás no fuera tanto que su padre no observara mucho, sino de que ella podría haberse imaginado demasiado.
Tranquila Lizzy, que lo estás haciendo muy bien. Y dentro de poco te va a tocar la serie completa del Sorteo de la Lotería de Navidad….
Y ahora…. ¡A VOTAR!
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Chapter 56
(Lizzy) If you believed it impossible to be true, I wonder
you took the trouble of coming so far.
(Lizzy) Your coming to Longbourn to see me and my family
will be rather a confirmation of it.
(Lizzy) I do not pretend to possess equal frankness with
your ladyship. You may ask questions which I shall not choose to answer.
(LC) I am entitled to know all his dearest concerns…
(Lizzy) But you are not entitled to know mine.
(Lizzy) nor will such behavior as this, ever induce me to be
explicit
(Lizzy) ni tampoco una conducta como ésta me obligará jamás
a ser explícita
(Lizzy) But what is that to me? If there is no other
objection to my marrying your nephew, I shall certainly not be kept from it by
knowing that his mother and aunt wished him to marry Miss de Bourgh. You both
did as much as you could in planning the marriage. Its completion depended on
others. If Mr. Darcy is neither by honour nor inclination confined to his
cousin, why is not he to make another Choice? And if I am that Choice, why may
not I accept him?
(Lizzy) The wife of Mr. Darcy must have such extraordinary
sources of happiness necessarily attched to her situation, that she could,
upong the whole, have no cause to repine.
(LC) I have not been used to submit to any person’s whigs. I
have not been in the habit of brooking disappointment.
(Lizzy) That will make your ladyship`s situation at present
more pitiable; but it will have no effect on me.
(Lizzy) in marrying your nephew, I should not consider
myself as quitting that sphere. He is a gentleman; I am a gentleman’s daughter;
so far, we are equal.
(Lizzy) I am not to be intimidated into anything so wholly
unreasonable.
(Lizzy) You have widely mistaken my character, if you think
I can be worked on by such persuasions as these.
(Lizzy) you have certainly no right to concern yourself
inmine. I must beg, therefore, to be importuned no further on the subject.
(Lizzy) Vd. no tiene absolutamente ningún derecho a
inmiscuirse en mis asuntos. Por lo tanto, tengo que pedirle que deje de
importunarme sobre el que nos ocupa.
(Lizzy) You can now have nothing further to say. You have
insulted me in every possible method. I must beg to return to the house.
(Lizzy) I am only resolved to act in that manner whick will,
in my own opinion, constitute my happiness, without reference to you, or to any
person so wholly unconnected with me.
Chapter 57
(Lizzy) If an excuse for not Keeping his promise should come
to this friend within a few days, I shall know how to understand it. I shall
then give over every expectation, every wish of his constancy.
(Lizzy) If he is satisfied with only regretting me, when he
might have obtained my affections and hand, I shall soon cease to regret him at
all.
(Mr. Bennet) Mr. Darcy, who never looks at any woman but to
see a blemish, and who probably never looked at you in his life!
(Mr. Bennet) For what do we live, but to make sport of our
neighbours, and laugh at them in our turn?
… It was necessary to laugh, when she would rather have
cried…
… her father had most cruelly mortified her, by what he said
of Mr. Darcy’s indifference, and she could do nothing but wonder at such a want
of penetration or fear that perhaps, instead of his seeing too little, she
might have facied too much.
And now ¡¡VOTE!!
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